No pudo meter gol a las radios y ahora lo intenta con las televisiones. La Liga de Fútbol Profesional pretende cobrar a las cadenas por retransmitir los resúmenes de fútbol y quiere crear un producto exclusivo por cantar los goles, por supuesto, de pago. Los clubes dicen que los resúmenes actuales son piratas; en los medios de comunicación, se llama derecho a la información. Sin duda, el fútbol busca desesperadamente cómo sostener su burbuja económica. Pero prohibir informar de un espectáculo público es, además de una misión imposible en la era de las redes sociales, un castigo inmerecido al aficionado. Los clubes deberían apretarse el cinturón y hacer un ejercicio de transparencia. Porque este partido lo jugamos todos.