Las decisiones de los bancos centrales de países emergentes han devuelto la calma a los mercados. El problema no se ha solucionado. Estos países arrastran sus propios problemas, que salen a la luz en cuanto la Fed reduce los estímulos, y sus bancos han tenido que aumentar tipos, a costa de contraer la demanda interna y agravar sus dificultades. La posibilidad de que la Fed cambie hoy su política y frene una nueva disminución del dinero que inyecta en el mercado introdujo ayer calma en las bolsas. Al mismo tiempo se espera que Draghi tome medidas excepcionales la próxima semana. Esta coordinación de actuaciones contribuiría a acelerar el ritmo de crecimiento en Occidente y a conjurar el peligro de contagio de los emergentes.