Bruselas tira por la calle del medio. Ha renunciado a legislar sobre la extracción de gas no convencional mediante fracturación hidráulica (fracking) y deja en manos de los Estados su regulación. Será pues el ministro José manuel Soria quien decida si estamos ante una amenaza o ante una oportunidad, tal y como se ha comprobado en EEUU, y que ha permitido crear empleo y disponer de gas más barato que el que se paga en Europa. En España, el fracking da sus primeros pasos en medio de una fuerte oposición de los ecologistas. El Gobierno, que es partidario de este nuevo procedimiento, debe tomar decisiones con urgencia sobre estas nuevas posibilidades que pueden dinamizar la economía y bajar el precio de la energía.