El Gobierno ha cerrado una solución al tratamiento de los activos fiscales diferidos de la banca. Una decisión que aguardaban las entidades y ya resuelta en otros países. Supondrá un respiro para los bancos españoles, que les permite afrontar Basilea III y los test de estrés del BCE en 2014 en igualdad de condiciones con el resto de entidades europeas. Se trataba de dilucidar qué créditos fiscales diferidos pueden ser contabilizados como capital. Para las entidades más débiles este acuerdo es determinante y a las más saneadas les asegura una posición confortable. Economía ha pisado el acelerador para llevar al próximo Ecofin este asunto resuelto, además de zanjar la polémica sobre el nombramiento de Roldán en la AEB y dar carpetazo al rescate bancario.