Por primera vez desde el inicio de la crisis los problemas se agudizan en compañías de renombre y de gran tamaño. En lo que va de año una quincena de grupos de mediano y gran tamaño, que dan empleo a 30.000 personas y adeudan 15.000 millones, han tenido que ir a concurso para ampliar los plazos de negociación y evitar la quiebra. La banca no facilita, como antes, la refinanciación de créditos si la viabilidad del negocio no está clara. La causa es que el Banco de España ha endurecido las provisiones que han de realizar la entidades por este motivo. Ciertamente no es solución mantener empresas zombies, como sucedió con el sector financiero, cuyo saneamiento han pagado muy caro los contribuyentes. El tejido industrial debe realizar una profunda transformación.