Suma y sigue en Iberia. Los problemas en la aerolínea se suceden sin solución de continuidad y abocan a la otrora compañía líder a un salto al vacío -¡y sin corona!, que le ha sido arrebatada del nuevo logo que lucirán sus aviones-. Su presidente Antonio Vázquez se enfrenta ahora a otro mal trago que le pone contra las cuerdas y le puede hacer perder sus dominios en la T-4, donde el grupo opera gran parte de los mostradores de la terminal, las salas VIP y el servicio de Puente Aéreo. Así, lo que sólo es la letra pequeña de un acto administrativo puede dar al traste con este contrato de arrendamiento que concluye en febrero de 2014 por el mal ambiente que se respira -dicho de manera suave- entre Aena e Iberia.
La realidad es que es notorio que entre el gestor público e Iberia suenan desde hace tiempo tambores de guerra. La disputa surge ahora por el Documento de Registro International Consolidated Airlines Group, un informe elaborado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores previo a la fusión con British Airways para crear el holding IAG.
Según ese escrito, "la Terminal 4 no es de uso exclusivo de Iberia". El presidente de Aena, José Manuel Vargas, ahíto de aguantar los problemas de Iberia con sus empleados, con Willie Walsh y con Fomento... puede usar esta carta para acabar con los malos resultados de Aena. Este año el gestor público prevé una caída del 7,5% en el número de pasajeros. Si Iberia tiene la mitad de sus mostradores cerrados por la falta de actividad, es lógico que Fomento intente revalorizar una infraestructura pagada por todos los españoles y que haga un nuevo reparto. El interés de otras compañías por la T-4 puede ayudar a Barajas a remontar el vuelo.