La economía española ha moderado su contracción, pero sigue en recesión por noveno trimestre consecutivo. Es la principal lectura que ofrece el dato del PIB correspondiente al periodo abril-junio (-0,1%), que permite albergar la esperanza de que el ansiado crecimiento se producirá durante el último semestre del año, gracias al excelente comportamiento de las exportaciones. Mejoran la mayor parte de los sectores, salvo la construcción (-2,5%), cuya salida del túnel se antoja lejana. La inflación también se ha relajado en agosto (3 décimas), favorecida por la menor subida de los carburantes. Una variable que puede resultar perturbada por el conflicto sirio y condicionar el objetivo del 1% previsto por el Gobierno.