La industria turística española vive momentos dulces. Al récord histórico de visitantes extranjeros alcanzado en julio (34 millones) y el incremento en el número de pernoctaciones hoteleras ahora hay que sumar el buen dato del gasto. Al término de los siete primeros meses se incrementó un 6 por ciento en términos interanuales, hasta los 32.210 millones. Lo mejor es que subió tanto el gasto medio (949 euros) como el diario (108 euros), gracias al mayor consumo de los británicos, alemanes, franceses y especialmente de los turistas nórdicos. Un comportamiento que refleja la confianza en sus respectivas economías y que anticipa un agosto a ritmo de récord. Se trata de un impulso decisivo para equilibrar el déficit estructural de la balanza de pagos.