elEconomista lamenta profundamente el accidente del Alvia que descarriló ayer en Santiago de Compostela y se conduele con las víctimas. Una de ellas, Enrique Beotas, era compañero de profesión y conocido de esta redacción. Frente a este dolor la prioridad es transmitir nuestro cariño a sus familias, amigos y a Galicia entera.
El mejor homenaje a las víctimas es que se investigue a fondo lo sucedido. El accidente, además de la pérdida sin parangón de vidas humanas, puede tener graves consecuencias para las empresas españolas, situadas entre las primeras del mundo. El consorcio español que se presenta al concurso del Ave en Brasil podría perderlo por este motivo. Por ello, es precisa una investigación a fondo que aclare sin lugar a dudas lo sucedido en Santiago.