Editoriales

Editorial: El FMI enfría el optimismo

El Fondo Monetario Internacional echó ayer un jarro de agua fría sobre los mensajes optimistas en relación con la evolución de la economía mundial. El organismo que preside Christine Lagarde rebaja dos décimas sus últimas previsiones de abril. De forma que prevé un crecimiento del 3,1% este año y del 3,8% en 2014. La decisión de Bernanke de cortar el grifo al dinero fácil afectará levemente a la confirmada recuperación de EEUU, pero lo que realmente preocupa al FMI es que a los viejos riesgos -todavía sin solventar- se añaden otros nuevos. Por ejemplo, un largo periodo de bajo crecimiento en países emergentes como China, India o Brasil.

Después de los últimos roces con la Comisión Europea, Lagarde no tiene reparos en decir a la UE que, además de seguir siendo el foco del problema principal, debe cambiar su política monetaria, en un momento en que los líderes europeos empiezan a mostrarse complacientes con la marcha de los acontecimientos.

Hasta el punto de que ayer Wolfgang Schäuble, el ministro alemán de Finanzas, aseguró que España ya empieza a ver luz al final del túnel. Todo lo contrario de lo que opina el FMI que pronostica un estancamiento de la economía española en 2014 -en su anterior informe preveía un aumento del 0,7% del PIB- y que no habrá crecimiento hasta 2014. Un varapalo a los anuncios del Gobierno que asegura que estamos dejando atrás la crisis. Se impone la prudencia pues la situación es todavía tan frágil que cualquier crisis provoca una tormenta bursátil, como ha sucedido en días pasados. Los buenos datos del verano no marcan tendencia y obligan al Ejecutivo a concluir en 2013 las reformas pendientes para solucionar los problemas de fondo de nuestra economía.

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