En la auditoría realizada por Deloitte a Bankia antes de su salida a bolsa, el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) cuestiona, además de la falta de independencia, la verificación del riesgo crediticio. El Instituto concluye que los errores o diferencias no analizados, ni cuantificados llegan al 70%. Ante la detección de este tipo de infracciones, el ICAC debe incrementar su control y el nivel de exigencia para erradicar las malas prácticas en la auditoría. Hay numerosos ejemplos de empresas con problemas que recibieron un informe, si no favorable como es el caso, condescendiente con los fallos detectados. El ICAC debe mostrar toda su firmeza para corregir estos comportamientos y evitar que la desconfianza se extienda a todo el sector.