El presidente de la Fed tiene todo listo para retirar el balón de oxígeno a la economía norteamericana después del verano, intentando hacer el menor daño posible al enfermo. Por su parte, el Banco de Japón tiene serias dificultades para implementar nuevas medidas a las ya dispuestas para garantizar la sostenibilidad del crecimiento económico del país. Estas son las dos razones de peso que están alimentando las subidas de las primas de los países periféricos y que pueden provocar un aumento de la rentabilidad de los bonos de los países desarrollados, así como una avalancha de venta de deuda privada y pública en los países considerados de mayor riesgo, como es el caso de España. Este contexto apunta a un posible cambio de tendencia.