El peso de la industria española en la economía se ha reducido desde el 20% al 12% del PIB actual. La Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía, en unas jornadas organizadas con elEconomista, lanzó ayer el mensaje de que para impulsar la competitividad es necesario que el coste de la luz sea predecible y que haya una planificación industrial "clara", igual que en Francia o Alemania. El problema es que la factura de la luz, con cargas adicionales como las extrapeninsulares o las primas a las renovables, grava la producción. La rebaja de costes salariales, que ha impulsado nuestras exportaciones, debe acompañarse de una racionalización de la factura energética para que el sector exterior se afiance y tire de la economía.