A la espera de que Inditex presente sus resultados a mediados de junio (probablemente el día 13), las empresas del Ibex 35 han cerrado un primer trimestre peor de lo esperado, con una facturación que ha alcanzado 125.984 millones de euros, un 3,42% menos en términos interanuales. A la persistente caída del negocio en España por la ralentización de la demanda interna, hay que sumar los peores resultados cosechados en Europa, de forma que el conjunto de estos dos mercados ha propiciado un recorte del 10,2% en los beneficios, una circunstancia que no se producía desde el ejercicio 2010. Ni siquiera el continente latinoamericano, del que ya procede el 61% de la facturación, ha servido para contrarrestar las menores ventas en Europa.
Este descenso de la facturación y los beneficios, unido a las dificultades de financiación, puede lastrar el fuerte proceso de saneamiento iniciado. Esta es la radiografía de las empresas que hace años optaron, con buen criterio, por poner sus huevos en distintas cestas, porque las que decidieron mantenerse en el mercado español no levantan cabeza. Frente a estas crecientes dificultades exógenas, nos encontramos con que el Gobierno ha decidido dificultar aún más su salida de esta difícil situación, acordando la eliminación, entre otras, de las deducciones a la inversión exterior. Esto provocará una nueva subida del Impuesto de Sociedades, que se suma a la concebida con carácter temporal para 2012 y 2013, pero que será ampliada un año más para atender las necesidades de recaudación del Estado. El Gobierno debe cambiar con premura de política fiscal y relajar la presión sobre las empresas, principal motor de empleo.