Editoriales

Editorial: El desastre de la política fiscal

Las cuentas siguen sin salirle a Hacienda. Las sucesivas subidas de impuestos de Cristóbal Montoro no inciden sobre la recaudación, pero machacan la actividad y el consumo. El ministro de Hacienda prepara la cuarta subida de la fiscalidad a las empresas con supresión de deducciones para aquellas que facturan más de 20 millones. La excusa es que son deducciones que favorecen la ingeniería fiscal, pero la realidad es que la crisis resta beneficio a las empresas y el adelanto del pago fraccionado en 2012 detrae un trimestre de ingresos este año.

En 2013 sigue cayendo el tipo medio de las distintas figuras tributarias, claro indicio de que habrá menos ingresos. Montoro no se plantea cuál es la causa. Como dice su correligionaria Esperanza Aguirre, al ministro le "gusta subir impuestos". La expresidenta de la Comunidad de Madrid olvida que durante su mandato duplicó la Administración, construyó los hospitales cuya gestión ahora se privatiza y, eso sí, bajó el IRPF.

Además de las deducciones por gastos financieros y refinanciación de deuda, Montoro va a suprimir la que se aplica por inversiones en el exterior. Todo un freno a la marca España y al único ámbito -el sector exterior- que permite a nuestras empresas esquivar los números rojos. Si finalmente también se elimina la deducción por inversión en I+D+i, se asestará un golpe decisivo a nuestro futuro económico, ya bastante cercenado por la falta de inversión. Montoro sube los impuestos de manera encubierta al mantener los tipos impositivos y suprimir las deducciones. Con esta política fiscal, el Gobierno dificulta la recuperación y no logra aumentar la recaudación, cuando debería bajar la presión fiscal para animar el consumo y ayudar a las empresas.

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