Hacienda se prepara a adoptar las directrices del último informe de la UE sobre España en materia de fiscalidad. A pesar de que el viernes Cristóbal Montoro afirmase que el Gobierno no va a subir ninguno de los principales impuestos (IRPF, Sociedades e IVA), ya se está preparando un nuevo aumento de la carga fiscal en la tributación de las grandes empresas.
No se aumentarán los tipos del tributo pero sí se eliminarán deducciones. El resultado es un aumento de la carga fiscal. Tiene sentido, y es una vieja demanda de los fiscalistas, limpiar el impuesto que grava el beneficio de las empresas del exceso de deducciones que ha ido acumulando con los años.
Muchas de ellas favorecen claramente a las compañías grandes que, en detrimento de las pymes, cuentan con departamentos fiscales para obtener de las deducciones el mayor partido posible. Sin embargo, Hacienda olvida que este planteamiento de simplificar el impuesto se debe complementar con una bajada de tipos. Lo que anuncia que va a hacer es una subida impositiva en toda regla. Habrá que esperar la rebaja "selectiva" de tributación de las pymes para ver a cuántas afecta y si realmente tiene trascendencia en sus cuentas. El mayor o menor impacto dependerá de las necesidades recaudatorias de la Agencia Tributaria, que es lo que suele primar.
No sólo sube Sociedades, también se estudia crear nuevos tributos medioambientales e incrementar los impuestos especiales. Además, el Gobierno debe decidir si en 2014 va a prorrogar la subida del IRPF (aprobada para 2012 y 2013). Hacerlo también es subir la carga fiscal. La solución para reactivar la economía no es subir impuestos, sino bajarlos. De nuevo Montoro incumple su palabra.
