Desde que fueron creados como herramientas para solucionar la crisis financiera, el Frob y la Sareb han recibido privilegios fiscales y de otro tipo de los sucesivos Gobiernos. Por ejemplo, el banco malo está exento de tributación en el traspaso de activos. El sábado, Economía dio un paso más en esta línea de actuación. En el decreto de medidas de arbitraje y liquidez a los tenedores de preferentes, se blinda a Sareb frente a las quiebras inmobiliarias. Es decir, se le da preferencia a la hora de recuperar su dinero frente a otros acreedores. El banco malo se nutre de dinero público, y eso ya es ventaja suficiente como para dotarlo de una prerrogativa que deja en inferioridad de condiciones a otros acreedores que con sus impuestos sustentan la Sareb.