Los incidentes que sufren empresas españolas en Latinoamérica se multiplican. El último tuvo lugar ayer con la expropiación de los tres aeropuertos que explotaba Abertis en Bolivia, anunciada hace días por Evo Morales. Es la tercera en este país y el guión es prácticamente el mismo que se ha seguido en Argentina y otros Estados gobernados por líderes populistas, que distraen la atención de sus problemas internos atacando los intereses extranjeros. Se acusa a estas empresas de no invertir lo suficiente. Rajoy amenazó ayer con replantear todas las relaciones bilaterales con Bolivia. Tras las palabras altisonantes no hay una actuación decidida frente a la inseguridad jurídica que sufren nuestras empresas, a las que les falla el respaldo de la acción diplomática.