Los empresarios españoles están preocupados por el impacto que la corrupción y la deriva soberanista en Cataluña tienen sobre la economía. Lo dice claramente Juan Rosell, presidente de CEOE, en la entrevista que publica hoy elEconomista. "La corrupción se ha cargado en dos semanas la imagen exterior de España", asegura con el conocimiento de los esfuerzos que hacen cada día las empresas para recuperar el prestigio internacional. Las empresas españolas, como el resto de los ciudadanos, demandan una justicia que actúe rápido -Madoff entró en la cárcel seis meses después de descubrirse su estafa- frente a los procesos que se demoran años en solventarse.
Aún así, el presidente de la patronal se muestra prudente y evita juicios prematuros. Los mismos que pide para su propia institución cuando surgen problemas. Este es el motivo de que guarde silencio y respete el tiempo que ha pedido para tomar decisiones Arturo Fernández, vicepresidente primero de CEOE, acusado de hacer pagos en dinero negro a sus empleados. Rosell hace gala de prudencia, pero desde su posición debe hacer lo posible para aclarar cuanto antes esta situación. Su prioridad es la defensa de las empresas y los empresarios y ello exige la máxima ejemplaridad y decisiones en la cúpula de CEOE que pueden ser difíciles. Un objetivo que se impuso al ser nombrado presidente y que le permitirá actuar sin trabas, cuando tenga que exigir a los políticos que reflexionen sobre el daño que hace la corrupción, el malestar social en Cataluña por la deriva soberanista o la búsqueda de soluciones al paro. Los empresarios confían en que 2013 será el último año de recesión, siempre que los escándalos no mermen el esfuerzo de las empresas por salir adelante.