El absentismo es uno de los problemas a los que se enfrenta la sanidad, con más incidencia en los hospitales públicos que en los privados. Las cifras son elocuentes. Un 15% de médicos que trabajan en el servicio público de salud de Madrid estuvo de baja durante el año pasado, frente al 3-5% del sector privado. Esta diferencia aporta un argumento contundente al debate sobre el modelo de gestión público-privada. La rigidez de las relaciones laborales en el sector público supone un alza del gasto y resta agilidad en la gestión. Los índices de absentismo en sanidad superan con creces al resto de sectores productivos (1,75%), con la consiguiente pérdida de jornadas y un injustificado gasto en prestaciones, inasumible para la Seguridad Social.