El comercio minorista se hundió en septiembre con la subida del IVA. Los datos hablan por sí solos: las ventas cayeron un 12,6% comparadas con el mismo mes de 2011. La última vez que subió el IVA, en julio de 2010, el descenso de ventas fue de un 2,4%, pero ahora llueve sobre mojado porque el paro ha seguido creciendo. Los consumidores se limitan a lo necesario y acuden sistemáticamente a las ofertas. Esto explica que quienes más sufren son las tiendas, con bajada en ventas del 15,3% y los que menos, las grandes cadenas (-5,5%) porque tienen más fácil ofrecer descuentos. Una situación desesperante que convierte en una tarea bastante ardua incrementar en un 15% los ingresos por IVA el próximo año.