La industria farmacéutica ha perdido en los últimos tres años un tercio de su mercado. Este sector, cuya facturación depende en un 80 por ciento del gasto público, es uno de los más afectados por los ajustes impulsados por los diferentes Gobiernos desde 2010. Al tratarse de un mercado intervenido, estas empresas han notado los efectos de la apuesta que se ha hecho en la Administración por los medicamentos genéricos en detrimento de los de marca y por la introducción del copago, que ha reducido el consumo. Las farmacéuticas aceptan estos ajustes, dada la situación de crisis. Pero, una vez que el gasto en farmacia está estabilizado, no pueden asumir nuevas demoras en el pago. El riesgo es que algunas opten por ubicar sus factorías en otros mercados.