Editoriales

Editorial: Trile con el IPC y las pensiones

El Gobierno no quiere desvelar si compensará a los pensionistas por la pérdida de poder adquisitivo que se producirá al sobrepasar la inflación el aumento de sus pensiones este año. Desde el momento en que el Ejecutivo descartó congelar estas prestaciones, ya sabía que la ley vigente le obligaba a realizar esta compensación. A lo largo de todo el año las cuentas de la Seguridad Social han sufrido los efectos de la caída de cotizantes al sistema de pensiones y la consiguiente pérdida de ingresos, hasta el punto de que por primera vez ha habido que echar mano de 3.000 millones del Fondo de Reserva, la denominada hucha de las pensiones.

Esta situación y la evolución de la inflación -un 3,4% en septiembre- no hacen viable la compensación por la desviación de inflación si se quiere cumplir con el objetivo de déficit en 2012. Sin embargo, para 2013, el Gobierno volverá a subir las pensiones y muestra la más absoluta ambigüedad sobre la paga extra por desviación de la inflación. Ayer se conoció el motivo: se va a cambiar el indicador de referencia para revalorizar las pensiones -el IPC- por el índice de precios a impuestos constantes (IPC-IC), un nuevo indicador publicado por primera vez este mes, que descuenta de la variación de los precios el efecto de la subida del IVA.

Así, en septiembre sitúa la inflación en el 1,4% frente al 3,4% del IPC. Un auténtico juego de trileros para ahorrar 4.000 millones y crear la ilusión a los pensionistas de que suben sus pensiones, como si para ellos no contase el IVA. No se puede, ni se deben subir las pensiones, pero los pensionistas merecen certidumbre y una explicación. El ejercicio responsable de las tareas de gobierno exige abordar los problemas de frente y con claridad.

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