La Unión Europea y el FMI han respaldado la actuación del Ejecutivo español y los mercados empiezan a mostrar los primeros síntomas de confianza. Las reformas impulsarán un cambio del modelo económico y nos acercarán a los principales países de nuestro entorno; el ajuste presupuestario alcanzará los 170.000 millones hasta el año 2014, y sin embargo no será suficiente para impulsar el crecimiento económico.
Los datos positivos de la última semana confirman que nos hallamos en la buena dirección, pero el horizonte económico es todavía muy complicado. Existe un consenso amplio entre los analistas de que en 2012 se cumplirán las previsiones del Gobierno -caída del PIB del 1,5%-, pero en 2013 la economía española retrocederá un 1 por ciento frente al 0,5% que estima el Ejecutivo. Algunas actuaciones imprescindibles, como los ajustes de gasto y las subidas impositivas para mejorar las cuentas públicas, afectan al consumo e inciden en el crecimiento.
El Ministerio de Economía tiene que tener en cuenta todas las circunstancias y que un desajuste de la realidad con las previsiones puede incidir negativamente en la consecución de los objetivos y en el cumplimiento de nuestros compromisos. Sin olvidar que más allá de nuestras fronteras, el principal problema es la incertidumbre sobre el euro y sobre las políticas de solvencia y liquidez necesarias a nivel europeo, que no se acaban de implementar. Esta zozobra ensombrece el efecto de las reformas en España y el buen comportamiento de sectores como el turismo o la exportación. El Gobierno no debe olvidar que las previsiones están para modificarse si es preciso y que negar la realidad no conduce más que al fracaso.
