Todo entraba dentro de lo previsto en el plató del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Rajoy se había ocupado de dominar a los díscolos en el PP. El desplante a la catalana estaba escrito y anunciado. Era la consecuencia lógica del desencuentro por el pacto fiscal. Incluso el posible desmarque de Canarias.
Pero lo que no entraba en el guión era la "espantá", en las primeras escenas del rodaje, de Carmen Martínez Arguayo, la consejera andaluza, que consiguió así su momento de gloria, aunque con ello pusiera en peligro el éxito de taquilla en los mercados europeos.
Una "espantá" que en Hacienda se considera una "traición en toda regla", sobre todo porque el lunes José Antonio Griñán había prometido personalmente a Mariano Rajoy lealtad y cumplimiento. Por eso, y porque el "sí" de Andalucía prácticamente aseguraba el de sus correligionarios asturianos, evitando así que el Partido Popular se quedara sólo una vez más.
Por eso, Montoro derrochó cordialidad, con beso incluido a la consejera, en los albores del Consejo. Y por eso también fue Andalucía el blanco de las iras del ministro y de los consejeros autonómicos populares.
Montoro no se inmuta
Pero, tras el impacto del momento, el portazo de Carmen Martínez no pareció inmutar demasiado a Cristóbal Montoro. Al contrario, el ministro de Hacienda compareció tranquilo, sonriente y elocuente ante los medios. Y, en verdad, razones tenía para ello. Porque Montoro jugaba esta partida con todos los ases en la mano. Sabía que, más allá de la pose política, los insumisos no tienen ninguna posibilidad. La Ley de Estabilidad Presupuestaria, que por cierto apoyó CiU, obliga a todo el sector público a combatir el déficit, y a trabajar en la consecución del equilibrio presupuestario y de la sostenibilidad de la deuda pública. Y como recordó el ministro, la ley "obliga a todos".
Y, además, en este tema el Gobierno cuenta con el respaldo incondicional de las instituciones europeas y del FMI. Las palabras del portavoz de la CE, Antoine Colombani, pese a su eclécticismo no admiten dudas. "Lo que importa es que España en su conjunto cumpla", dijo, para añadir que "no hablamos con las autonomías". A buen entendedor...
Rebelión contra el límite autonómico