Los funcionarios y empleados públicos tendrán menos vacaciones. Se van a suprimir los días extras de permiso laboral que se obtenían cuando se cumplían 15, 20, 25 y 30 años de servicio a la Administración y se elimina la jornada intensiva de verano, que establecía un horario de 8 a 15 horas entre el 16 de junio y el 15 de septiembre. En cualquier circunstancia se habrán de cumplir las 1.647 horas de jornada en cómputo anual. Es una medida coherente que elimina diferencias con el resto de los trabajadores y evita situaciones paradójicas, como que haya funcionarios con casi dos meses de vacaciones. Corregir ineficiencias y absentismo reduce déficit. Además, redunda en beneficio de los contribuyentes y de los funcionarios que hacen bien su trabajo.