El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, pidió ayer a la Unión Europea y al BCE que tomen medidas contundentes y que sorprendan. "Europa tiene la capacidad y la riqueza para solventar la crisis", dijo Gurrría en un tono más dramático de lo habitual en este tipo de comparecencias y demandó la intervención decidida del BCE para dar un mensaje inequívoco a los mercados. La OCDE considera que la crisis europea es un freno para la recuperación mundial, de ahí el llamamiento a los países de la zona para que tomen decisiones y eviten el riesgo de instalarse en un círculo vicioso de depresión. La situación es muy diferente entre los países del centro y del norte y los graves problemas de los periféricos. Se prevé que el periodo de recesión en España se extienda a 2013 y se aconseja un plan a medio plazo para equilibrar las cuentas públicas, además de subir el IVA.
Aún así, no basta sólo con esperar a que las medidas de ajuste hagan efecto -advierte el informe-, se deben conjugar las reformas estructurales y de consolidación fiscal de cada país con iniciativas conjuntas europeas que permitan un crecimiento sostenido que fortalezca la unión monetaria. El esfuerzo pasa obligatoriamente por un saneamiento del sistema financiero que llegue, si es preciso, al cierre de entidades. La OCDE se sumó a la propuesta que el día anterior hizo Barack Obama en Chicago, para que el BCE intervenga en los mercados europeos en auxilio de países como España. Las voces autorizadas que en las últimas semanas reclaman esta intervención masiva son ya un clamor que el BCE debe escuchar.