Economía comunicó ayer que Roland Berger y Oliver Wyman son las consultoras encargadas de evaluar los balances de la banca española. Disponen de poco tiempo, pero no tendrán ningún problema para terminar su cometido en la segunda quincena de junio. El Banco de España las contrató hace meses, junto a BlackRock, para que evaluaran las necesidades del sector. Hace varias semanas entregaron su informe, en el que evalúan el agujero de la banca entre 30.000 y 50.000 millones. BlackRock lo cifra en 100.000 millones. Los informes se elaboraron con datos públicos del sector al cierre de 2011, no sobre los datos reservados de las entidades que contienen más información. Hay que esperar el resultado final, aunque no se prevén sorpresas, pues un estudio profundo exige un tiempo del que no disponen las consultoras.
Hasta ahora se han acometido reformas -laboral o estabilidad presupuestaria- que necesitan un ecosistema adecuado para mostrar su efectividad, y esto no se logra en tanto no se ajusten del todo los precios inmobiliarios y se refleje en los balances de las entidades. Algo tan sencillo como poner las cuentas claras, pero tan difícil que aún no se ha conseguido tras varios intentos fallidos.
La resolución del problema supone un acusado desgaste político y fuertes presiones de los afectados, que se resisten a asumir pérdidas. Además, producirá una caída del PIB. Los resultados de estas auditorías deben reflejar la verdad sin tapujos, con los cambios que se hayan producido en estos meses, el nivel de morosidad y las nuevas áreas donde está creciendo. Si al final salen los mismos resultados nos encontraremos ante una nueva pantomima. Estamos pendientes de un hilo y no podemos permitirnos un nuevo autoengaño.