Editoriales

Editorial: Cuidado con el petróleo

Los datos de Estados Unidos ofrecen un hilo de esperanza. Sus previsiones de crecimiento se han elevado desde el 2,8% hasta el 3%. Y los márgenes de sus compañías retornan a una senda alcista después de varios años de contracción. A la luz de esta ligera mejoría, la Fed ha pospuesto sin fecha la posibilidad de otra inyección monetaria o QE3. Algo que bien pudo haber representado una decepción para unos inversores a los que les gusta ver la impresión de billetes, pues ésta enseguida se filtra a los mercados con subidas.

Sin embargo, la tendencia al alza de la bolsa se ha mantenido como otro rayo de esperanza. Aun así, hay argumentos para mostrarse prudentes sobre la recuperación de EEUU. Por un lado, las tasas de ahorro continúan muy bajas, lo que indica la falta de recorrido de un consumidor aún demasiado endeudado y lastrado por el inmobiliario. Por otro, las balas que han disparado los bancos centrales para frenar la recesión se vuelven a traducir en incrementos en los precios del petróleo.

Y a esto se añade ahora la tensión en Oriente Medio, donde israelíes e iraníes han elevado el tono de sus acusaciones y se corre el riesgo de intervenciones militares que podrían disparar de nuevo la cotización del crudo. Un repunte que podría suponer un riesgo para la convaleciente economía mundial y que cuestionaría la única arma con la que los banqueros centrales se enfrentan a la crisis: una liquidez que resulta contraproducente al encarecer el oro negro.

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