En las seis primeras semanas del año y en vista de las circunstancias favorables, el Tesoro Público ha apretado el acelerador y ya ha logrado captar buena parte de las necesidades a medio y largo plazo de todo el año.
Es una buena táctica aprovechar que el mercado está abierto y receptivo tras la bajada de tipos, el manguerazo de liquidez de 489.200 millones lanzado por el BCE y el descenso de la prima de riesgo.
Pero a pesar de la calma aparente, el horizonte no está despejado. Es difícil saber qué pasará con Grecia e, incluso, cómo evolucionará Portugal. Además, el Tesoro tiene que apoyar con 6.000 millones al Frob.
Hace bien al asegurarlos cuando paga por sus títulos menos intereses que en los meses precedentes. Y los mercados ven acertada esta política.