Editoriales

Editorial: Draghi, ¿preparado para Grecia?

Mario Draghi volvió a mostrarse ayer preocupado por la ausencia de crédito. De hecho, puso a España como ejemplo de grave contracción del crédito, algo que constataba la Asociación Hipotecaria Española al confirmar una caída del saldo hipotecario del 6% sólo en diciembre. Este dato implica que la caída en el crédito nuevo es aún mayor, del 30%. Cierto es que hay en marcha un necesario proceso de desapalancamiento de la economía española después de años de excesivo endeudamiento, pero también que hace falta financiación para los nuevos proyectos que puedan regenerar el tejido empresarial. Con la intención de elevar la liquidez disponible, el BCE anunció que rebajaría la exigencia de las garantías que acepta para prestar dinero.

Sin embargo, por mucho que dé liquidez, se topa con un embudo en una banca que sigue más preocupada por sus saneamientos que por la concesión de préstamos. Y todo lo que captan lo dedican a comprar deuda pública, en un proceso de expulsión del sector privado de los canales de financiación. Así que aunque Draghi se pueda congratular porque la economía europea ofrezca indicios de estabilización, los riesgos de descarrilamiento continúan. Y Grecia puede elevar la presión. Ayer, los partidos helenos declaraban haber alcanzado un acuerdo que era recibido con escepticismo en Europa. La mayoría de expertos ya da por desahuciada a Atenas, porque incluso tras la quita no será capaz de crecer para devolver lo que debe. La cuestión es cuando se puede dejar caer y cómo reducir el impacto. El BCE tendrá que volver a saltarse la ortodoxia para proteger a Portugal.

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