Editoriales

Editorial: Una Oficina Económica fuerte

Rajoy planea reforzar la Oficina Económica de Moncloa para coordinar las políticas anticrisis. De modo que el presidente no sólo conducirá la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, esencial para trazar la estrategia de la recuperación, sino que además dejará en manos de esta especie de think tank la labor de fijar el orden del día, algo que implica que Moncloa elevará su capacidad para controlar y coordinar todas las medidas económicas.

Por lo tanto, este organismo formado por técnicos se convertirá en la otra pata que se añadirá a la tarea de los Ministerios liderados por Montoro y De Guindos. Cualquiera de los nombres que se barajan para encabezar la Oficina, desde Álvaro Nadal, uno de los fontaneros de Rajoy y hasta ahora secretario de Economía y Empleo del PP; a Elvira Rodríguez, que ya ha sido ministra de Medio Ambiente y secretaria de Estado de Presupuestos; o Javier Guerra, consejero de Economía de la Xunta de Galicia, presentan credenciales más que suficientes y una vocación liberal.

Y ahora que se plantea su papel, es importante aprender del pasado. Este órgano nunca debería convertirse, tal y como ha llegado a suceder en ocasiones, en un contrapoder o un lugar desde el cual se cocinen iniciativas que ni siquiera conocen los ministros, como hizo Zapatero. Tampoco debería desaprovecharse su capacidad técnica hasta convertirlo en irrelevante. Rajoy hará bien en dotarlo de un equipo de economistas nutrido y competente, de forma que sus decisiones se sustenten en estudios bien calibrados. Bien empleada, la Oficina Económica puede representar el imprescindible esqueleto de la política económica.

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