El Gobierno de Fabra ha decidido parar la hemorragia de Radiotelevisió Valenciana (RTVV), desatada a partir del 2000 cuando la Generalitat decidió sacar de su Presupuesto el déficit de la televisión pública y compensarlo con endeudamiento del propio ente. El pasivo acumulado asciende a 1.200 millones de euros, que los valencianos de la próxima generación tendrán que pagar junto a la ya abultada deuda de la Generalitat.
La buena noticia es que el nuevo modelo que propone Fabra contempla una RTVV mucho más pequeña, sin deuda ni capacidad de endeudarse, en la que la Generalitat sólo financiará lo que se considere servicio público -informativos, promoción de la lengua y cultura valencianas, por ejemplo- y dejará la mayoría de las franjas horarias en manos privadas.