El vicepresidente de Crédit Agricole, Philippe Brassac, explica en elEconomista que la recapitalización de la banca supone un falso remedio para los males de Europa. En su opinión, si las entidades lograsen reforzar su solvencia como quieren las autoridades, los problemas no estarían resueltos.
No le falta razón: nos enfrentamos a una peligrosa dinámica por la que los inversores pierden confianza en la capacidad de pago de los Estados conforme sus economías se estancan. Y eso es lo que hay que atajar. Se precisa un cortafuegos que proteja a los países más débiles al tiempo que se reforman y se crea una mayor gobernanza europea. Los bancos sencillamente sufren las consecuencias de todo ello y unas exigencias fuertes les abocarían a empeorar el deterioro económico.