
Ya está todo listo y dispuesto para el nacimiento del reforzado gigante español de la televisión de pago. El Pleno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó ayer la compra del 56 por ciento de Canal+ por parte de Telefónica.
El visto bueno a la adquisición estará sujeto a unas condiciones que en su mayor parte ya han sido desveladas a las partes implicadas. La controversia está servida en cuanto al porcentaje de canales premium, fijado en el 50 por ciento, que Telefónica estará obligada a compartir con sus competidores a través de una oferta mayorista. Cualquier modificación en este dato sería una sorpresa mayúscula, algo que no esperan ni los potenciales beneficiarios.
Todas las miradas apuntarán a la letra pequeña de las condiciones, como los criterios para valorar el precio mayorista de los contenidos. Según explican fuentes del mercado, existirá una tarifa con unos criterios especiales para el fútbol y otra para el resto de los contenidos, como series de televisión, estrenos cinematográficos y diferentes eventos deportivos, como la Fórmula 1, el motociclismo, tenis, golf, baloncesto NBA o toros, entre otros. Para este segundo bloque, todo apunta a que el precio dependerá básicamente del número de abonados.
El regulador también ha tenido en cuenta el pujante negocio de las empresas OTT (Over The Top), aquellas firmas que ofrecen servicios y contenidos sobre las redes de telecomunicaciones. Entre ellas sobresalen los videoclubs online y en streaming, como es el caso de Netflix.
Por otra parte, el presidente de la CNMC, José María Marín, mostró ayer en una comparecencia en el Senado su temor a que la disminución a tres del número de operadores de telecomunicaciones en España, una vez culmine la fusión de Orange y Jazztel, derive en un aumento de precios y un descenso de la calidad del servicio. "Tres operadores es un número inquietante para cualquier agente regulador de la competencia", aseveró el presidente del superregulador, según informa Ep.
Para el presidente de la CNMC, la existencia de numerosos operadores, "que ofrecían servicios de tecnología cada vez más avanzados", ha permitido que en España "se ofrecieran paquetes de telecomunicaciones relativamente baratos".
Bruselas también es consciente de los riesgos de la disminución de jugadores en el sector, motivo por el que exigirá la creación de un nuevo "cuarto operador" con fuerza suficiente como para plantear batalla a los tres grandes del negocio: Telefónica, Vodafone y Orange.