Tras dos años de cruzada política entre Francia, España, la Comisión Europea y otros cuantos, seis meses de discusión entre los ministros de Finanzas del euro, y un torrente de avisos de expertos y académicos sobre la necesidad de completar la unión económica con un pilar fiscal, el Eurogrupo fracasó ayer en su empeño por acordar un presupuesto para la Eurozona.
Las directrices dadas por los líderes el pasado diciembre ya eran lo suficientemente aguadas como para impedir llamar al nuevo 'colchón' fiscal un presupuesto como tal. Apenas dejaba espacio para jugar el papel de estabilización esencial, y limitaba su potencia de fuego a lo que pudiera llegar del presupuesto plurianual comunitario aún por negociar (algunos estiman su volumen en unos 17.000 millones de euros).
Pero tras 15 horas de negociación, el bando liderado por Holanda continuó oponiéndose a quienes querían ampliar sus fuentes de financiación, y subrayar más la función de la inversión que de las reformas (las cuales desbloquearían el acceso a los fondos en una nueva condicionalidad metida por la puerta de atrás que España quería evitar).
"Puede ser verdad que son solo pasos pequeños. Pero es el mejor acuerdo posible dadas las circunstancias" reconoció Pierre Moscovici
Cuando tienes un nivel de ambición elevado "mi vaso está menos medio lleno", reconoció el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, en la rueda de prensa esta mañana tras el Eurogrupo.
"De alguna manera, puede ser verdad que son solo pasos pequeños" reconoció el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Pero el francés felicitó porque se estaba "abriendo la puerta" al nuevo instrumento fiscal. "Es el mejor acuerdo posible dadas las circunstancias", añadió el francés con la mirada puesta en Holanda y los otros opositores.
A las 12 de la noche, el grupo de los ambiciosos encabezado por Francia ya vio que poco se podría avanzar en el Eurogrupo, que terminó por alargarse hasta las 04:30 de la mañana. Eso no impidió que una fuente del ministerio de Finanzas francés intentara camuflar el chasco diciendo que se había conseguido cerrar un "genuino" presupuesto para el euro.
Sin embargo, las grandes palabras no se sostienen en esta ocasión. Por eso la decepción era visible en la cara de todos. La discusión está casi en el mismo lugar que el pasado diciembre.
Por eso, los ministros decidieron devolver la pelota que le pasaron sus jefes entonces. Serán los líderes quienes deberán ofrecer "dirección", según dijo Centeno, sobre cómo proceder en aspectos como las fuentes de financiación, la cifra del fondo, las prioridades que financiará o incluso la gobernanza.
Quienes estaban más a favor del presupuesto, como Moscovici o la ministra de Economía, Nadia Calviño, encontraron consuelo en el hecho de que no se ha descartado ninguna opción, ni que el futuro instrumento pueda jugar una función de estabilización para amortiguar shocks económicos.
En este sentido, la ministra valoró que se deje abierta puerta a que la cofinanciación nacional necesaria para cada proyecto de inversión que apruebe la nueva herramienta presupuestaria se reduzca en un contexto de turbulencias económicas.
A pesar de los escasos progresos, y de que fuera más bien el grupo liderado por Holanda quien pudiera cantar victoria, Calviño dijo estar "convencida" de que un día habrá un presupuesto para la zona euro, dado que es "imprescindible" un instrumento fiscal que complete la unión económica y monetaria.
La discusión pasará ahora a los líderes. Sin embargo Calviño dudó de que los jefes de los Ejecutivos vayan a meterse en profundidad con este asunto la semana que viene, dada la agenda que les espera para la cumbre, sobre todo centrada en la elección de los nuevos altos cargos de la UE.
Las discusiones continuarán por varias vías, con la intención de alcanzar un acuerdo cuando se cierre el presupuesto plurianual europeo (2021-2027), lo cual probablemente sucederá durante el primer trimestre del próximo año.
Sobre la garantía para los depósitos bancarios
El Eurogrupo tampoco pudo avanzar respecto a la otra gran tarea pendiente: la garantía europea para los depósitos bancarios. Tras seis meses de discusiones técnicas, el gran obstáculo continúa siendo Alemania. Berlín lleva más de un lustro oponiéndose a la mutualización de los depósitos hasta que no se reduzcan más los riesgos, a pesar de que los préstamos tóxicos apenas representan un 3,3% del total en la UE.
En este punto, tanto como Moscovici como el director gerente del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Klaus Regling, también reconocieron su "decepción". "Es de crucial importancia que progresemos en la segunda mitad del año" en este asunto, aseguró Moscovici.
De la aguada hoja de ruta acordado los líderes en diciembre para reforzar al euro frente a crisis futuras, que ya quedaba lejos de la ambición que querían Macron o España, tan solo se cerró ayer la reforma del MEDE.
La revisión incluye que el fondo de rescate sirva también de red de seguridad para el fondo que resuelve bancos en apuros, para que nunca pierda su máxima cantidad de unos 60.000 millones de euros. También se añadieron nuevas funciones para que pueda ayudar a países antes de que lleguen a una situación crítica de rescate.
Sin embargo, el paquete queda muy lejos de alcanzar el objetivo de reforzar y completar la unión monetaria. Lejos quedan los días en los que el Eurogrupo fue capaz de acordar el fondo de rescate para países en una noche. Aquello sucedió el 9 de mayo de 2010, día de Europa, tras otra noche maratoniana. La gran diferencia es que en aquel momento la UE estaba en medio de la mayor crisis económica de su historia. Probablemente habrá que esperar a la siguiente para que el euro se refuerce de verdad. Y, para algunos, la próxima recesión llegará más pronto que tarde.