
Enjugar el actual déficit de la Seguridad Social se plantea cada vez más como un ejercicio de cuadratura del círculo. Esto es lo que debe pensar el Gobierno socialista de Pedro Sánchez que, en una de las medidas incluidas en el programa electoral para las próximas generales del 28-A dirigida a garantizar las pensiones y acabar con el desfase entre ingresos y gasto, solo lograría cerrar un 10% de esta brecha.
"Redefiniremos las fuentes de financiación, de manera que las cotizaciones sociales soporten primordialmente gastos de naturaleza contributiva", recoge el documento socialista de los 110 compromisos con la España que quieres. Este punto, aunque no recoge explícitamente una propuesta que ya ha puesto encima de la mesa el actual secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, de abordar un trasvase cotizaciones para aliviar el déficit del fondo de contingencias comunes, que sufraga la nómina mensual de las pensiones y que en marzo alcanzó los 9.576 millones de euros para un total de 9.705.436 pensiones contributivas, sí que en el fondo se refiere a avanzar en esa senda, tal y como confirman fuentes socialistas a elEconomista.
Cotizaciones y pagas
Como se aprecia en la textualidad de la propuesta, el objetivo del Gobierno de Pedro Sánchez es por lo tanto que las cotizaciones sociales soporten el 100% del gasto en las pagas contributivas. Pues bien, en este momento, el 91% de las pagas contributivas que expide mensualmente el Estado son sufragadas con las cotizaciones sociales de empleadores y trabajadores. Concretamente, según se recoge en el denostado proyecto de Presupuestos Generales de 2019 el gasto en pensiones contributivas se sitúa en 135.267,63 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 10,8% del PIB anual. Paralelamente, la Seguridad Social prevé un aumento del 7,5% del volumen de ingresos por cotizaciones sociales en comparación al pasado ejercicio, hasta alcanzar los 123.584 millones.
De este modo, para alcanzar el objetivo de que los ingresos de carácter contributivo cubran por completo el gasto correspondiente, el fondo de contingencias comunes de la Seguridad Social, que es del que se vale el Estado para sufragar las pensiones tendría que recaudar un 9% más, es decir, 11.600 millones de euros. Además, de llegar a este punto, se habría cubierto solo el gasto contributivo. Cabe recordar, que el Gobierno prevé un déficit agregado del sistema para 2019 de 18.650 millones de euros.
Además, de acuerdo con las propuestas de Granado, que apuntan al SEPE como la fuente del trasvase de cotizaciones, cabe recordar que este organismo recauda las cotizaciones para el desempleo de los trabajadores. Un fondo que no hace más que acumular superávits desde 2014, tras el primer año de aplicación de la reforma laboral de 2012 y el freno a la sangría de destrucción de puestos de trabajo que alivió las cuentas del SEPE. De hecho, desde entonces, este organismo anota superávits anuales medios de 3.000 millones de euros. Y solo en los últimos tres años –incluyendo 2018 cuando según fuentes de la Seguridad Social el superávit fue cercano a los 1.000 millones– el remanente medio asciende a esos casi 2.000 millones de euros.
Ante este escenario, un trasvase completo de ese dinero del fondo para el desempleo al fondo de contingencias comunes solo recortaría un 10% de esos 18.500 millones de déficit anual que suma la bolsa de contingencias comunes -según el último dato confirmado a cierre del año 2017-. Es más, aún necesitaría el Ejecutivo socialista otros 9.000 millones más para cubrir tan solo con cotizaciones el 100% del gasto en las pensiones contributivas.
"Estableceremos una senda de cinco años para superar y eliminar el déficit del sistema de Seguridad Social a través de la adopción de un conjunto de medidas que garanticen la sostenibilidad financiera de largo plazo del sistema", señala el documento de medidas del PSOE para el sistema de pensiones.
En este sentido, se entiende que el trasvase es tan solo uno de los vectores sobre los que actuaría el Ejecutivo de Sánchez para cerrar el déficit del sistema en un lustro. Cabe recordar en este punto que para el presente ejercicio la recaudación por cotizaciones sociales avanza a un ritmo del 7,5%, según el Presupuesto de 2019.
Además, esta reordenación de las fuentes de cotización se enmarcaría dentro de una de las recomendaciones del Pacto de Toledo de separación de fuentes de financiación del Sistema donde, según fuentes de la comisión parlamentaria, se estudiaba -antes de la ruptura de negociaciones- sacar a los Presupuestos 4.000 millones de costes de carácter no contributivo.