
Sus amigos dicen que es culta, seria y rigurosa, trabajadora hasta la extenuación, que crece en las distancias cortas y que, cuando se pone manos a la obra, es un torbellino imparable. Ha pasado, en un tiempo récord, de ser conocida solo en su tierra natal, Euskadi, a formar parte de nuestra vida cotidiana, especialmente los viernes, cuando se convierte en la cara y la voz del Gobierno de España, ejerciendo su cargo y condición de ministra portavoz.
La entrevista con Isabel Celaá (Bilbao, 1949), concertada hace tiempo, se tiene que celebrar en sábado, robándole una hora al único hueco que tenía libre hasta el 28-A en su agenda de vértigo, hipersaturada y casi imposible para el común de los mortales. El lugar elegido es el salón Goya del Ministerio de Educación, una estancia imponente, en la que ella se mueve como pez en el agua. No es de extrañar, teniendo en cuenta que mucho antes de que Pedro Sánchez le llamara para asumir la cartera de Educación y Formación profesional tenía una amplia experiencia de tres décadas en gestión política, casi siempre en el ámbito educativo.
Antes de dar el salto a la política nacional, fue consejera de Educación con Patxi López y ha desarrollado una intensa trayectoria académica. Es licenciada en Filología inglesa, Filosofía y Derecho, y trilingüe: habla inglés -ha publicado ensayos de poesía en esa lengua- y además es euskaldunberri; es decir, aprendió euskera de mayor, pero lo maneja con solvencia. Dice que llamar traidor o felón al presidente Sánchez es intolerable en democracia, que esos insultos se volverán en contra de quienes los emplean, y que el Gobierno ejercerá sus funciones y utilizará la fórmula del Real Decreto en periodo electoral y hasta el último día. Es una socialista pata negra, coherente y de firmes convicciones.
¿Esta legislatura corta le ha dejado un sabor agridulce por la falta de tiempo para cumplir su programa?
No me ha dejado un sabor agridulce, ya que hay una gran satisfacción por el trabajo realizado. Sabíamos que como máximo sería de dos años. Hemos visto las dificultades día a día, aunque, lógicamente, hay cosas que se han quedado a medio hacer. Tenemos una gran agenda de futuro, y un proyecto para este país clarísimo, algo que otros no tienen.
¿Con qué prioridades?
Tenemos un proyecto para Cataluña dentro de España, y una gran agenda de cambio con seis puntos: la educación, la transición ecológica, la ciencia y la innovación, conseguir un trabajo digno en contra de la precariedad, el Estado del bienestar, y una Administración eficiente. Nos llevará una legislatura, incluso dos.
¿El Gobierno da por seguro que Cs, PP y Vox formarán lo que una compañera suya llamó 'derecha trifálica'?
Tenemos la certeza de que si Cs, PP y Vox sumaran, irían juntos. Sin embargo, creemos que eso no sucederá. Nosotros salimos al campo a ganar y a merecer la confianza de la mayoría ciudadana. Esta derecha tripartita, llena de siglas, es una auténtica derecha dura, que nos llevaría a un retroceso de cuarenta años.
¿No ve diferencias entre Cs -que antaño pactó con Sánchez- y Vox?
Ciudadanos tiene muy confundida a la ciudadanía: emite señales muy contradictorias, pero cuando ha tenido que optar lo ha hecho ya por el bloque de la derecha. Así lo hizo en Andalucía, en la Plaza de Colón y en Navarra, con UPN. Es verdad que Cs nació con inspiración socialdemócrata, pero ha dado un viraje clarísimo hacia la derecha más extrema.
¿El PP de Casado, al que Vox llama "derechita cobarde", ha dado un viraje ideológico a la derecha más dura?
El viraje de Casado hacia la extrema derecha es clarísimo; refleja todo un mimetismo con su mentor, con Aznar, y también ha confundido a muchos conservadores que se mantenían en el centroderecha. Solo hay que ver cómo abandonan el barco del PP las personas más moderadas. El PP no tiene proyecto, y está haciendo política con dos herramientas muy peligrosas: el conflicto territorial de Cataluña, y el insulto y la crispación.
¿Es verdad que Pedro Sánchez ha hecho una purga de 'susanistas' y críticos en las listas?
Lo que ha habido son acuerdos con todas las federaciones socialistas. La elaboración de las listas ha puesto de manifiesto que el PSOE es un partido militante, que sabe desde siempre que el secretario general tiene el derecho y, yo diría, hasta la obligación, de rodearse de personas de su confianza y de integrar a todas las federaciones, como ha sucedido.
¿Qué piensa usted cuando al presidente le tachan de traidor por haberse apoyado en los independentistas? ¿Ha habido cesión o no?
Que utilicen la palabra traidor, felón, u otro tipo de insultos refiriéndose a la Presidencia del Gobierno, que es una institución, es algo intolerable en democracia. Le insultan con mentiras y sin ninguna razón, salvo desgastar políticamente. Nadie aceptó los 21 puntos de Torra y ellos lo saben muy bien. La prueba del algodón de que no ha habido cesión alguna es que estamos en la antesala de unas elecciones generales anticipadas. Que vayamos a las urnas el 28 de abril es la respuesta a esa pregunta. Sánchez es una persona extraordinariamente resistente, que tiene una gran lealtad a la Constitución y al país. De hecho, podría haber seguido hasta 2020 con un Presupuesto prorrogado y, si no lo ha hecho, es porque quiere avanzar con su proyecto.
¿El que no salieran adelante los Presupuestos fue un revés inesperado o sabían que los independentistas no los aceptarían a cambio de nada?
Estuvimos trabajando en los Presupuestos hasta 48 horas antes de la votación. Eran unas Cuentas del Estado excelentes, sociales, y lo suficientemente poderosas como para que las fuerzas políticas catalanas las hubieran aceptado. No hacerlo fue un error gravísimo del Govern.
Pues para muchos eran los Presupuestos de Podemos, sobre todo en política impositiva, ¿era así?
Los Presupuestos Generales del Estado que queríamos aprobar mantenían una gran disciplina y responsabilidad fiscal y buscaban una recuperación social. Las previsiones de ingresos eran muy prudentes -según la propia UE- y nos habrían permitido mejorar nuestras ratios de déficit y deuda. Estamos en una coyuntura económica muy favorable: hemos crecido en 2018 un 2,5%, vamos a un avance del 2,2, siendo una estimación prudente, y nuestra inversión extranjera ha crecido en más de un 270%.
O sea, que las Cuentas que han presentado van a ser las mismas que pondrán encima de la mesa en la próxima legislatura...
Así es. El presidente ha dicho que las cuentas rechazadas ahora serán los Presupuestos Generales del Estado que aprobaremos si ganamos las elecciones.
Y si no logran mayoría para gobernar, ¿pactarán con los mismos compañeros de viaje: Podemos, PNV y los independentistas?
Aspiramos a tener la mayor confianza posible de los ciudadanos, y si no es así ya veremos postelectoralmente. Obviamente, los acuerdos se harán en torno al programa ganador, que será el nuestro. Todo el mundo sabe que desarrollaremos políticas sociales y nuestra actuación estará siempre dentro de la Constitución y de la ley. Podremos entendernos con todos los que respeten estas dos premisas.
¿Descartan acuerdos con Cs?
Son ellos los que nos han puesto el veto, un veto irracional que no se comprende en la vida política, cuando el PSOE es un partido que lleva 140 años luchando por la libertad, las políticas sociales y defendiendo la Constitución.
¿Y a Podemos qué le está pasando?
Surgió con fuerza después del 15-M, y ahora, según las encuestas, puede que esté perdiendo fuerza. Son ellos quienes tienen que analizar las encuestas. Podemos ha sido un leal compañero de viaje, y tenemos que agradecerle los apoyos prestados.
Quien emerge espectacularmente es Vox, con un discurso que, según ustedes, es fascista, machista y homófobo. ¿Cuál es su origen?
El origen de Vox está en el PP, y lo que pretenden es retrotraernos a la etapa del NO-DO y situarnos 40 años atrás. Emergen con un programa estremecedor, que es un peligro en términos democráticos. La prueba está en que la derecha conservadora en Europa procura no acercarse a la ultraderecha para no blanquearla. Mientras en España la derecha se vincula a Vox con el único fin de alcanzar el poder, a costa de lo que sea. Su obsesión es que Sánchez no gobierne, y en política no vale todo. Eso se les volverá en contra.
¿Y sobre Cataluña? Puigdemont sigue en su ensoñación. ¿Qué salida le ve?
La salida de Cataluña no puede ser otra que los secesionistas dejen la quimera y se den cuenta de que fuera de la ley no hay nada. No se puede construir un proyecto político fuera de la legalidad, y eso lo sabe toda Europa. Tienen que salir de esa quimera y empezar a hacer política dentro de la Constitución. Con nosotros, el diálogo lo tienen asegurado, porque sabemos que en democracia no hay otra fórmula. El diálogo y la Constitución son las herramientas a partir de las cuales tiene que proyectarse este futuro.
¿La aplicación del 155 fue una excepción o puede convertirse en una fórmula si es necesario?
La receta del 155 no se puede utilizar de manera generalista, como pide la derecha. Un 155 permanente es inconstitucional. No se dan los requisitos ni las condiciones para hacer una aplicación perpetua del 155.
¿Qué le parece la actitud de Torra, sustituyendo los lazos de los edificios institucionales para no ser inhabilitado por otra soflama?
El cumplimiento de la ley es siempre una buena noticia. Mientras tanto, la gesticulación desacredita las instituciones, una lección que ya debería haber aprendido el señor Torra.
¿Cómo ve el juicio del 'procés'?
Se está celebrando con unas enormes garantías y transparencia. Lo que estamos viendo es propio de un Estado social y democrático de derecho avanzado y maduro. Se está demostrando que la Justicia funciona con total independencia y todas las garantías procesales.
¿Le sorprendió la declaración de Trapero, desmontando la versión política que se tenía de los hechos?
Me ha sorprendido, pero no voy a emitir opiniones sobre el juicio.
Pues Puigdemont sigue dirigiendo la maniobra desde Waterloo y dice que volverá a España cuando consiga su escaño en las europeas...
Puigdemont es un fugado, un huido de la Justicia, y tendrá que rendir cuentas ante los jueces, tarde o temprano. Creo que se ha convertido en un problema para el propio independentismo, pero ellos sabrán.
¿Qué le parece la polémica de los 'viernes sociales'?
El Gobierno puede hacer Reales Decretos-Ley (RDL) en periodo electoral; forma parte de los usos y costumbres de la democracia española. En 40 años hemos tenido 33 RDL en periodo electoral, solo siete de ellos han sido por contingencias temporales, y el resto para modificar cuestiones que se consideraban de interés social. En tanto en cuanto el RDL cumpla el artículo 86 de la Constitución puede ser aprobado en un Consejo de Ministros en periodo electoral. El Gobierno está en plenitud de funciones y las ejercerá hasta el último minuto.
Vamos, que eso no es un abuso de poder para hacer electoralismo...
Vamos a gobernar hasta el último día, lo que significa que mientras estemos en periodo electoral gobernaremos. Otra cosa es la campaña electoral, que son los últimos 15 días. Acusarnos de abuso de poder es solo una artimaña de nuestros adversarios.
Pues va a tener que hacer 'encaje de bolillos' siendo la portavoz para que no le acusen de estar en Ferraz en vez de en La Moncloa...
Que utilizo La Moncloa para ventilar asuntos de Ferraz es absolutamente falso; una acusación injusta para desgastar. Voy a cumplir escrupulosamente lo que dice la Junta Electoral Central por convicción, porque ni creo en el juego sucio ni habrá abuso de poder. Mantendré absoluta neutralidad en las ruedas de prensa del Consejo de Ministros.
El 10 de junio será el día de la exhumación de los restos del dictador: Podemos les ha acusado a ustedes de manosear el franquismo...
La ejecución de la exhumación será el 10 de junio. Fuera de cualquier periodo electoral. Intentamos acordar con la familia el lugar, pero tenemos un informe de la Delegación del Gobierno de la Comunidad de Madrid que dice que la catedral de La Almudena es inviable por motivos de seguridad y, como con la familia no ha habido acuerdo, el Gobierno ha tomado la decisión de que sea enterrado en El Pardo, junto a su mujer.
¿Qué le quita el sueño: que no ha podido derogar la Lomce o qué?
Lo que más me preocupa es el alto índice de abandono escolar temprano que mantenemos en España, en casi un 18%. Esa es una tarea que tenemos que abordar de manera muy seria, y rápida, porque tenemos el compromiso con la UE de llegar a 2020 con un 15%.
¿Es posible en este país hacer una ley de educación consensuada?
Sobre el pacto en educación se ha hecho un mantra que empezó cuando Wert, de manera inopinada, aplicó la Lomce en 2013 rompiendo toda una dinámica de consenso que había logrado sortear las discrepancias entre conservadores y socialdemócratas. Desde la Logse llevábamos un sistema educativo muy estable. No han cambiado las estructuras ni la concertación ni nada, y creo que hay más proporción de acuerdos que de discrepancias en el sistema educativo. Si todos nos pusiéramos a ello se haría muy rápido ese pacto, pero lo más importante sería un pacto para que tanto la educación como la ciencia fueran territorios exentos de recortes, más allá de las turbulencias políticas o económicas. Ese sería el pacto que haría avanzar las cosas.
¿La educación concertada corre peligro o es otra leyenda urbana?
Con los socialistas, la educación concertada no corre peligro, en absoluto. Creemos que ha venido cumpliendo su función social, y la sigue cumpliendo. Lo que no nos gusta es esa nueva educación concertada que nació al amparo de la Lomce y que, en definitiva, se trataba de una diversificación del negocio de determinadas empresas. Constructoras que pretendían conseguir beneficios en el mercado de la compraventa de colegios y hacerlo con dinero público. Eso es lo que no vamos a tolerar.
¿Y cuál es la joya de la corona de su proyecto educativo?
Tenemos varias prioridades, pero la formación profesional es la joya de la corona, porque es donde nos estamos jugando la empleabilidad de nuestros jóvenes y su capacitación. Ahí tenemos que aumentar esfuerzos e implicar a las empresas en todo el proceso de formación para identificar los perfiles profesionales que se van a necesitar en el mercado.