
Juan Manuel Moreno es consciente de la responsabilidad que ha asumido y de que todas las miradas están puestas en Andalucía tras el cambio histórico que supone la era post-PSOE.
Lleva un mes en la Presidencia de la Junta y mantiene intacto su convencimiento de las mejoras que puede experimentar la región con sus políticas. Solo teme que factores externos, como las citas electorales, puedan ralentizar el normal funcionamiento de un gobierno que quiere dar ya muestra de que otra época ha llegado.
¿Cómo ve la situación de la región tras su primer mes en San Telmo?
Hay que diferenciar entre el entorno social y el entorno político. En la sociedad andaluza veo una fuerte ilusión depositada en un nuevo Gobierno que haga las cosas bien y con cambios con respecto a los últimos 40 años. Pero si me pregunta cómo veo la Junta tras este primer mes, he de decirle que la situación financiera que el socialismo ha dejado es mala, por su gestión y las múltiples chapuzas que han cometido, y que nos llevan a dedicar 500 millones de euros a condenas judiciales.
¿La convocatoria de dos elecciones puede afectar a su gestión con los socios de Gobierno y de investidura, Ciudadanos y Vox?
Entrar en dos procesos electorales es complejo. Eso genera una sobreexcitación de todos los partidos por el propio ambiente electoral, que dificulta el diálogo y más el acuerdo. Pero el problema es que nos encontramos con un Gobierno de la Nación ya cerrado, y ahora no podemos ni acordar ni avanzar. Y en los ayuntamientos pasa lo mismo.
¿Está cómodo con Susana Díaz en la oposición?
Tengo que confesar que me siento cómodo, porque ya la conozco y también sus propias debilidades. Pero, tanto la señora Díaz como el Partido Socialista en sí andan muy desdibujados. Todavía no son conscientes de que están en la oposición.
¿Se notará en sus presupuestos una gran diferencia o no hay mucho margen de cambio con las cuentas?
Evidentemente en estos presupuestos se va a notar, especialmente en una vertiente: nosotros vamos a apostar más por la inversión productiva, que es lo realmente interesante. Vamos a apostar por nuevos espacios de colaboración público-privada, en el ámbito también de las infraestructuras. Y después, por unos presupuestos más eficientes, donde estiramos al máximo el euro público, evitando gastos superfluos que no son útiles.
El principal problema de Andalucía es el paro, y prometió 600.000 empleos. ¿Podrá cumplir?
Ese es el objetivo y yo creo que se puede cumplir. A una razón de 150.000 empleos al año, en una comunidad autónoma que tiene ocho millones y medio de habitantes es perfectamente razonable y viable. Para eso vamos a poner en marcha un ambicioso paquete de reformas, que pasa por la bajada de la presión fiscal, por la optimización de las normas y la regulación que hay en Andalucía para hacer un espacio normativo más simple y seguro para el inversor, y pasa también por recuperar la marca y facilitarle a los inversores su actividad. Pero tenemos algunos nubarrones.
¿Cuáles?
Nubarrones externos como el Brexit, ya que Andalucía es muy vulnerable a una salida abrupta del Reino Unido porque nuestra balanza comercial es positiva, sobre todo porque nuestros productos hortofrutícolas van a mercados británicos, y porque gran parte de los turistas que recibimos son británicos. Y otro es el factor interno, que es al que especialmente le tengo más preocupación. Y es el Gobierno del señor Sánchez. El hecho de tener un Gobierno con una política económica errática y que no es coherente, al expandir el gasto público como ha llevado a cabo en estos ocho meses de su Gobierno, con más presión fiscal y más impuestos, al mandar mensajes al exterior nada gratificantes, como son los acuerdos con la izquierda radical o los independentistas… Eso puede frenar la economía española y la andaluza, y todas las expectativas.
¿Puede la subida del SMI perjudicar el empleo en Andalucía?
Una decisión de esas características debía haberse tomado por consenso. De hecho, puede generar el efecto inverso al que supuestamente quiere provocar el Gobierno y que lejos de crear empleo y de más calidad, genere más desempleo, especialmente en Andalucía.
Su otra baza electoral fue la bajada de impuestos. ¿Cómo y cuándo?
Estamos cumpliendo al pie de la letra esa bajada. Tengo que recordar que la primera decisión que se tomó en el primer consejo de Gobierno fue comenzar los trámites para bonificar al 99% el impuesto de sucesiones y donaciones como tiene la comunidad de Madrid. De tal manera que entramos en el club de las CCAA que han eliminado este impuesto. Esto va a ser una realidad en unos meses. Y luego, progresivamente, vamos a seguir rebajando impuestos.
Durante años han hablado de la necesidad de quitar "grasa" a la administración, ¿cómo lo harán?
Ya lo estamos haciendo. Por lo pronto, hemos ido eliminando altos cargos y cargos eventuales, hasta tal punto que en esta legislatura el contribuyente se va a ahorrar 15 millones en nóminas, ya que hemos reducido las consejerías y hemos hecho un esfuerzo para rebajar todos los cargos que son de designación política. En segundo lugar, estamos disolviendo sociedades vinculadas a la Junta cuyo fin no se está cumpliendo y que suponían un coste para el erario público. Todo lo que no tenga utilidad social, todo lo que no esté claramente definido, todo lo que no suponga un retorno para la sociedad andaluza, será eliminado. Además, vamos a introducir por primera vez en la historia de la Junta de Andalucía una política de evaluación permanente de todas y cada una de las medidas que pongamos en marcha. Eso nos va a servir para ser mucho más eficientes y eficaces en la gestión.
Los empresarios llevan años predicando en el desierto contra la burocracia. ¿Qué van a hacer?
Queremos hacer algo que ya se hizo en la Columbia británica, y es intentar, a través de un ente que tenemos todavía que definir y que ya estamos estudiando, revisar y optimizar toda la legislación vigente en la comunidad. Tenemos una enorme dispersión normativa y lo que vamos a hacer para solucionarla en crear una especie de comisión y de órgano que estamos definiendo y que estará compuesto por juristas especializados en legislación autonómica y expertos. Una maraña normativa que está causando molestias no solo para el inversor, sino también para el propio contribuyente. Hemos legislado en exceso y sin coherencia, sin el objetivo fundamental en Andalucía, que es la creación de empleo. Lo que tiene que impregnar cualquier legislación que se ponga en marcha ahora mismo en Andalucía es que no sea un limitante de la inversión y de la creación de empleo.
El turismo y la agroindustria son los dos motores de nuestra economía en estos momentos, pero los expertos advierten de la necesidad de la reindustrialización de Andalucía. ¿Cómo prevé potenciarla?
La industria que hace 30 o 40 años tenía un peso importante dentro de nuestro PIB ha ido reduciéndose a un factor que es minúsculo. Hay comunidades vecinas que están muy por encima, como es el caso de Castilla La Mancha. Para eso lo que vamos a hacer es un plan de atracción, un paquete de medidas, de promoción de nuestras posibilidades en materia de inversión industrial. Tenemos un magnífico suelo industrial disponible, tenemos buenas infraestructuras para poder competir en el ámbito vial, ferroviario y aeroportuario, y tenemos además una sociedad con diez universidades con alto nivel de cualificación para muchos sectores industriales, a lo que hay que añadir la paz social con la que contamos. Por todo esto, esta es una tierra abonada a ello y en perfectas condiciones para ser un polo que atraiga a las inversiones industriales y lo vamos a facilitar.
Usted siempre ha denunciado la escasa inversión extranjera en Andalucía. ¿Qué va a ofrecer para atraer a las multinacionales?
Nosotros estamos lanzando un mensaje de que el nuevo Gobierno andaluz facilita las condiciones de inversión. Los interesados nos pedían es que hubiera un Gobierno que colaborase, y en nosotros van a encontrar un aliado.