La agencia de estadísticas italiana Istat ha rebajado a la baja el PIB del tercer trimestre hasta el -0,1%. Por primera vez desde el segundo trimestre de 2014, la economía italiana entra en contracción. La primera lectura del crecimiento económico indicó que entre julio y septiembre se había estancado.
La caída de la economía italiana se explica por el descenso del consumo y de la inversión, según el INE trasalpino. La primera contracción de Italia desde el segundo trimestre de 2014 llega en pleno enfrentamiento entre el Gobierno italiano y Bruselas por el déficit.
El Ejecutivo italiano quiere implementar un paquete medidas, que incluye la renta ciudadana y una rebaja de impuestos, que ayude a estimular la economía. Sus planes pasan por disparar el gasto hasta situar el déficit en el 2,4%.
"El nuevo gobierno no está ayudando, pero es una combinación de factores", indica Marc Ostwald, estratega global de ADM Investors Services, a Bloomberg. "La debilidad estructural en la productividad sigue siendo el mayor viento en contra, y como muchos han observado los cambios propuestos a través del presupuesto, no los abordan".
La economía italiana ha tenido una salida de la crisis anémica con un crecimiento del 0,5% a principio de 2017, cuando economías como la española se expandían a un ritmo trimestral rozaba el 1%.
En tasa anual, el PIB se expandió un 0,7%en el tercer trimestre. También fue revisada a la baja desde el 0,8%. El Istat pronostica que el crecimiento del PIB, si no se producen cambios, sea del 0,9% en 2018, inferior al 1,2% que calcula para este año en su cuadro macroeconómico el actual Gobierno, formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga.