
El PIB de China creció un 6,5% interanual. Aunque se trata de un ritmo de crecimiento notable, se sitúa 2 décimas por debajo del trimestre anterior y confirma que el país se está desacelerando en parte por el enfriamiento de la demanda interna y la incertidumbre existente a nivel global. En este contexto, las autoridades chinas proseguirán con sus medidas expansivas para evitar que la desaceleración se pronuncie.