
En el segundo trimestre, la deuda de los hogares y de las empresas no financieras se situó, respectivamente, en el 60,8% y 94,9% del PIB. El proceso de desapalancamiento se sitúa en una etapa muy avanzada, tal y como refleja que la deuda de los hogares esté muy cerca del promedio de la eurozona y que la de las empresas se emplace ya por debajo.