
Los últimos doce meses han sido especialmente convulsos en la política española y ello ha pasado factura a las expectativas empresariales. Según el Barómetro Europeo de la Empresa Familiar, elaborado anualmente por KPMG, la preocupación de los empresarios por la incertidumbre política ha escalado nueve puntos. Un 35% de las empresas familiares sitúa ahora la política entre las tres principales preocupaciones, frente al 26 de hace un año.
El conflicto catalán, la aprobación tardía de los Presupuestos de este año, el cambio de Gobierno, los pactos del Ejecutivo del PSOE con Unidos Podemos, y las dudas sobre la dirección efectiva que tomará la política económica son elementos que han afectado y afectan al tejido productivo y a la toma de decisiones empresariales justo en un ejercicio de balance positivo en el que la recuperación protagonizada por la economía española se ha trasladado a las compañías. De hecho, el estudio de KPMG revela que el 64% de los empresarios familiares ha ampliado plantilla en el último año, frente al 59% de 2017. No sólo eso: el 74% de los encuestados españoles afirma haber aumentado su facturación en los últimos 12 meses, cuatro puntos más que hace un año. En ambos parámetros, España se sitúa por encima de la media europea y, en concreto, nuestro país ha sido el que ha mostrado mejores resultados en su cifra de negocio, seguido de Italia y Francia, con el 72%.
Pese a este panorama positivo, o quizá por ello, se reposicionan las preocupaciones principales de los empresarios familiares, que sitúan sus mayores inquietudes para el futuro en el mantenimiento de la rentabilidad (preocupa al 42% de los encuestados) y en el hallazgo de perfiles adecuados para sus ofertas de empleo (38%). El 35% señala la incertidumbre política como una traba, mientras crece hasta el 25% la preocupación por los cambios regulatorios, frente al 18% de empresarios que hace un año resaltaba este capítulo.
Menor proyección exterior
Pese al dinamismo económico y sus efectos positivos, la recuperación interna ha tenido un ligero efecto negativo en la proyección exterior. Según el Barómetro Europeo de la Empresa Familiar, ha descendido el fomento de la búsqueda de mercados exteriores, lo que se ha traducido en que el 64% de los directivos familiares encuestados afirma haber incrementado su actividad exterior en el último año, frente al 70% del año anterior. No obstante, ello tiene la consecuencia positiva de que el porcentaje de firmas que ha mantenido su actividad internacional estable ha subido del 26% de 2017 al 32% del ejercicio en curso.
Por otra parte, el informe de KPMG, en su séptima edición, revela que tras la mejora de la rentabilidad (54%) y el aumento de la facturación (36%), la innovación se sitúa como prioridad para el 32% de las compañías, un objetivo que se refleja en sus planes estratégicos, ya que el 86% de los encuestados contempla invertir en planes de innovación y nuevas tecnologías.
El socio responsable de Empresa Familiar de KPMG, Ramón Pueyo, indica que los resultados del barómetro reflejan la complejidad del momento actual, en el que "la empresa familiar española tiene que responder a una doble misión: mejorar su facturación y su rentabilidad a corto plazo e impulsar la innovación con agilidad para competir en un mercado digital y tecnológico". Y añade que las firmas familiares tienen que luchar por incorporar cada vez más talento digital y seguir trabajando en sus modelos de gestión y gobernanza. "Sus valores y su vocación de estabilidad serán su mejor atractivo para los nuevos profesionales", concluye Pueyo.
La séptima edición del barómetro recopila las respuestas de 333 empresas familiares españolas recogidas entre mayo y julio de 2018, y forma parte del Barómetro Europeo realizado entre European Family Businesses y el equipo de Empresa Familiar de KPMG.