Economía

La obstinación de Puigdemont deja al soberanismo en minoría parlamentaria

  • Esquerra y PSC pactan invalidar la delegación de voto de los diputados de JxCat
Pere Aragonès y Joaquim Torra. EE

La fractura estratégica del independentismo se materializó ayer definitivamente en el Parlament, después de tres meses de tensión entre JxCat y ERC sobre qué respuesta dar a la suspensión de los diputados procesados por rebelión dictada en julio por parte del Tribunal Supremo. Mientras Esquerra anunció la semana pasada que Oriol Junqueras y Raül Romeva designaban a un sustituto, JxCat mantenía que la delegación de voto de los diputados Carles Puigdemont, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez -iniciada en mayo antes del auto del Supremo- todavía era válida, un desacato que ponía en un aprieto al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent.

Acuerdo de la Mesa

Tras un informe de los letrados de la Cámara catalana, en el que advertían que la posición de JxCat contravenía la resolución del Supremo, Esquerra y PSC se aliaron ayer en la Mesa del Parlament para invalidar dichos votos delegados, con el voto en contra de la coalición neoconvergente y la abstención de Ciudadanos. Fuentes de ERC ya habían advertido durante la mañana que "la retórica y el simbolismo de corto recorrido" habían llegado a su fin y que el independentismo no podía permitirse renunciar a su mayoría ni a la efectividad de las votaciones. Además, recordaban que el acuerdo del pleno del Parlament del pasado 2 de octubre -que rechazaba la suspensión dictada por el Supremo, pero habilitaba las sustituciones por otros diputados- fue adoptado también por JxCat, y que esta solución era la mejor para evitar el colapso de la Cámara autonómica.

Primeras derrotas

La respuesta de JxCat no se hizo esperar. En una carta, Puigdemont y los otros tres diputados procesados asumieron la decisión de la Mesa, pero en lugar de designar a sus sustitutos, anunciaron que sus votos ya no debían ser contabilizados. La decisión dejaba a los dos grupos que apoyan al Govern con 61 diputados, lejos de los 68 escaños necesarios para obtener la mayoría absoluta en el Parlament, ni siquiera sumando los cuatro votos de la CUP. La alteración de la mayoría parlamentaria ocasionó ayer que los independentistas perdieran varias votaciones destacadas en las conclusiones del Debate de Política General, como una que reprobaba a Felipe VI por su discurso tras el 1-O u otra a favor de la autodeterminación. Con todo, la portavoz del Govern, Elsa Artadi, intentó ayer minimizar la crisis y afirmó que no afectará a la estabilidad del Ejecutivo catalán.

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