
Si bien hace unas semanas todo indicaba que los nuevos impuestos anunciados por el Gobierno a principios de verano embarrancarían irremisiblemente por la falta de apoyos políticos -situación escenografiada en la votación de la senda de estabilidad, rechazada en el Congreso a finales de julio-, la situación ha cambiado. Ahora Pedro Sánchez cuenta, al menos, con el apoyo de Podemos para sacar adelante tres de los nuevos tributos propuestos, tal y como refleja el documento que la formación morada dio a conocer este miércoles, y fuerzas como PdeCAT y PNV, que ya fueron clave en la moción de censura que puso al PSOE al frente del Ejecutivo, están dispuestas a negociar su respaldo a crear nuevos tributos y subir los ya existentes.
Jordi Xuclá, coordinador de Congreso y Senado de PDeCAT, explica que, en este campo, están abiertos a una negociación y un diálogo que desde su punto de vista son "urgentes". De hecho, considera que "se llega tarde" para poner en marcha una de las medidas prometidas por el Gobierno, como es la tasa Google, con la que Moncloa pretende recaudar unos 1.090 millones de euros.
"Es un reto de la Unión Europea. Vivimos en un mundo digital donde los ciudadanos no tienen conciencia de que un click supone un beneficio económico para muchas empresas, y todavía existe el reto de crear el vincularlos fiscalmente a las grandes empresas", explica a elEconomista. De hecho, para él la tasa Google "no supone una subida de impuestos, sino un nuevo paradigma en el universo impositivo". En cambio, no se muestra tan a favor de otras medidas impositivas anunciadas. "De entrada, no creemos que se tenga que tocar, al alza o a la baja, el Impuesto de Sociedades porque creemos que hay otras opciones. Pero estamos abiertos al diálogo y a una negociación rápida para ver cómo se enfoca este asunto" y otros tributos, como el que se planea para las entidades bancarias.
Similar postura hay en el PNV, aunque fuentes de los nacionalistas vascos avisan de que ni el Gobierno ni el PSOE han hecho todavía ningún acercamiento a ellos para plantear la aprobación de nuevos tributos. "No tenemos todavía ninguna posición al respecto", precisan.
"Eso sí", añaden, "si PSOE o Podemos se ponen de acuerdo y quieren nuestro apoyo, estamos abiertos a hablar,", siempre bajo las condiciones de que se respete "el concierto económico, que nos permite disponer de nuestra propia fiscalidad. Hay muchas hipótesis y muchos condicionantes como para optar ahora mismo por una postura".
El nuevo impuesto a la banca y al sector financiero permitiría al Gobierno recaudar unos 2.000 millones
Con los nuevos impuestos ya planteados por el Gobierno, que todo indica que los grupos parlamentarios van a comenzar a negociar en septiembre, el Gobierno aspira a ingresar aproximadamente unos 7.650 millones de euros. La mayor proporción de esta cifra -unos 4.000 millones de euros- procedería de reformar el Impuesto de Sociedades, de manera que los grandes grupos tributen de manera efectiva y como mínimo el 15% de su base imponible, aunque expertos fiscales consideran que esta medida lograría como mucho, unos ingresos de entre 300 millones y 400 millones de euros.
Por otro lado, el nuevo impuesto a la banca y al sector financiero permitiría al Gobierno recaudar unos 2.000 millones y la equiparación de la fiscalidad de la gasolina y el diésel unos 600 millones.
Todas estas medidas se encuentran entre los compromisos exigidos por Unidos Podemos al Gobierno para lograr su apoyo a la senda de estabilidad y el correspondiente límite de déficit para 2019 (situado en el 1,8%), al que PDeCAT se muestra dispuesto a votar a favor, si intermedia una negociación.
Curiosamente, este nuevo esquema político llega después de que María Jesús Montero, ministra de Hacienda, diera a conocer su intención de retrasar la aplicación de los nuevos tributos y las subidas de impuestos mencionadas, concretando que no estarían incluidas en el proyecto de Presupuestos General del Estado de 2019.