
Las fuerzas de seguridad de Reino Unido siguen sin descifrar el rompecabezas de la motivación tras el ataque perpetrado el martes en plena hora punta de la mañana en las inmediaciones del Parlamento, una de las áreas más vigiladas del país.
El único sospechoso de un atropello que recordó al atentado de marzo de 2017 en el mismo lugar sigue sin querer colaborar con la investigación y cuanto más se sabe de él, más complicado resulta esclarecer el origen de lo acontecido.
Salih Khater, de 29 años y origen sudanés, había obtenido la ciudadanía británica hace dos años, tras haber arribado en el país en 2010 como refugiado político. Su propia familia, que dice estar en estado de shock, insiste en que es una "persona normal", sin vinculaciones religiosas o con el extremismo, por lo que la prioridad de las pesquisas es determinar qué habría llevado a un hombre descrito por su entorno como "tranquilo" y reservado a intentar embestir con un coche a quien halló a su paso en Westminster.
Todo indica que actuó solo y sin armas. Su falta de pericia y la posibilidad de que se asustase ante la rápida reacción policial, según los expertos, habrían impedido que el incidente se convirtiese en tragedia.