
Los empresarios marroquíes aplauden la decisión de las autoridades del país magrebí de cerrar, desde el comienzo de este mes, la aduana comercial con la ciudad española de Melilla a toda actividad de importación y exportación.
El presidente de la Cámara de Comercio, Industria y de Servicios de la Región Oriental de Marruecos, Abdelhafid el Jaroudi, ha dicho este domingo que son "los exportadores e importadores que pidieron esta medida" para poder descargar los contenedores directamente en el puerto Beni Enzar de Nador, ciudad fronteriza con Melilla.
"Necesitamos una línea marítima directa en el puerto de Nador, porque en el pasado los contenedores pasaban por el puerto de Melilla y allí se producían retrasos", dijo Jaroudi quien se refirió a las demoras que se producen en el paso de los camiones de mercancía por la frontera terrestre de Melilla.
El presidente de la Cámara de Comercio Oriental explicó que esta decisión forma parte de una estrategia que venían preparando varios departamentos y ministerios marroquíes desde hace seis meses con el objetivo de luchar contra la economía informal, la evasión fiscal y promover la economía de toda la región y crear empleos.
Entre los objetivos figura también relanzar la actividad comercial del puerto de Beni Enzar, que recibió desde hace una semana el primer contenedor comercial.
"La situación es más cómoda ahora. El puerto de Beni Enzar dispone de terminal y mecanismos para la carga y descarga de los contenedores", apuntó.
Jaroudi explicó que desde principios de este mes de agosto se prohíbe el paso de mercancía documentada por el paso terrestre de Melilla, por lo que toda la mercancía debería pasar por el puerto de Beni Enzar, conforme a una circular de la Administración de Aduanas marroquí al respecto.
"Se trata de una decisión independiente y soberana", insistió Jaroudi, que descartó la existencia de una regla jurídica que establece a Melilla como frontera comercial con el país magrebí.
Marruecos siempre ha reivindicado la "marroquinidad" de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, calificadas habitualmente por la prensa local marroquí de "ciudades ocupadas".