
La crisis económica y la gestión de la salida, a través de una dura cura de austeridad telegrafiada desde Bruselas, marcaron las elecciones europeas de 2014. Pero el próximo mayo, cuando los europeos elijan de nuevo a los 751 eurodiputados, serán las barcas y no sus bolsillos lo que tendrán en mente al votar. Porque la migración ha determinado el devenir político de la UE durante este curso, el destino de sus líderes, y continuará poniendo a prueba la unidad del proyecto comunitario tras 2019.
La mala gestión de la crisis de los refugiados dividió a los socios primero entre los del Oeste y los del Este, y luego entre los de la primera línea costera y los de interior. Ha colocado como hombre fuerte en el Gobierno italiano a Matteo Salvini y casi se lleva por delante nada menos que a la canciller alemana Angela Merkel. Y rasgó el espacio sin fronteras de Schengen, que continúa a merced por la falta de una política migratoria y de asilo común.
El asunto migratorio ha conseguido cuajar una dinámica paneuropea más allá de las fronteras nacionales y las agendas partidistas
El asunto migratorio ha conseguido lo que la economía no logró en 2014: cuajar una dinámica paneuropea más allá de las fronteras nacionales y las agendas partidistas. Sin embargo, este torrente paneuropeo no pretende completar el proyecto comunitario de la UE como siempre han soñado los federalistas, sino más bien destruirlo. Se sincroniza en torno a un tema único (la migración) y un discurso (fortificar Europa), resonando a través de toda la UE como no lo han hecho las propuestas federalistas en la materia.
El anuncio del antiguo ideólogo jefe de Donald Trump, Steve Bannon, de crear un "movimiento" para agrupar a todas las fuerzas euroescépticas y populistas es tan solo la última señal del dinamismo que muestran los márgenes del espectro político.
En una entrevista reciente, Bannon indicó que tiene intención de crear una oficina en Bruselas con una decena de personas antes de las elecciones de mayo, y con 25 miembros tras el voto si tienen éxito, cuyo objetivo es aglutinar al magma de fuerzas antieuropeas xenófobas, soberanistas y radicales. Según estima, este segmento podría llegar a reunir hasta un tercio de escaños de la futura Eurocámara.
Bannon está no solo en la órbita sino también en el escenario junto a los grandes protagonistas del bando enemigo de la integración europea. Ya sean los nuevos como la Liga de Salvini, o los ya conocidos como Marine Le Pen (y su refundada Agrupación Nacional). Sin embargo, a pesar de la sintonía, ninguno de los dos parece inclinarse de momento por integrarse en el esfuerzo de quien fuera la mano derecha de Trump. Más bien, alguno podría intentar generar sus propias plataformas para crear más presión.
El surgimiento de estas plataformas determinará las próximas elecciones europeas, alterando a los partidos europeos tradicionales (el Partido Popular Europeo, los Socialistas y Demócratas, o los liberales).
Otra iniciativa con posibilidades es la impulsada por Ciudadanos y En Marche, proeuropea y progresista
Pero no solo los euroescépticos aprovecharán el surgimiento de esta nueva forma de aglutinar y captar al electorado. La iniciativa con más posibilidades es la de Ciudadanos y En Marche, la formación del presidente francés Emmanuel Macron. Ambos quieren formar una plataforma que agrupe a las fuerzas "proeuropeas" y "progresistas". Fuentes de la formación naranja explicaron a este diario que el objetivo es superar al partido liberal europeo (ALDE) porque "no ha sido lo suficientemente fuerte" para detener el surgimiento de los populistas antieuropeos.
De momento no tienen planes de instalar una oficina en Bruselas o de organizar un gran evento de lanzamiento. Está por ver precisamente cuál será la relación con la familia liberal actual, si ALDE acepta integrarse en esta plataforma, como confían desde dentro de ella.
Antes de los detalles logísticos o la estrategia política, el movimiento quiere ganar envergadura. Para ello busca sumar aliados entre formaciones similares de nuevo cuño en Europa central y del Este, pero también entre partidos tradicionales. El pasado lunes, el presidente de los liberales alemanes (FDP), Christian Lindner, se reunió en Madrid con Albert Rivera.
Otros dicen extender estas plataformas más allá del ámbito de los partidos políticos. Alberto Alemanno, profesor de la escuela de negocios parisina HEC, propone mirar a EEUU no para empaparse de las ideas de Bannon, sino para copiar sus comités de acción política. Pero según explica Alemanno a elEconomista, el objetivo sería más bien forzar a que el sector privado se posicione y eche más carne en el asador para defender Europa.
"BusinessEurope, la patronal europea, ha sido muy hipócrita, las empresas deberían haber hablado más claramente en contra del primer ministro húngaro Viktor Orban o el partido polaco en el poder", explica el profesor de la escuela de negocios.