
Dos líderes políticos y aspirantes a suceder a Mariano Rajoy se miden este sábado ante más de 3.000 compromisarios del Partido Popular. Sus programas económicos apenas han sido discutidos ante la falta de un debate. Y aunque en algunos aspectos coinciden, en otros se distancian. Dos posturas, el liberalismo económico de Pablo Casado, proponiendo una revolución fiscal centrada en la bajada de impuestos, frente al pragmatismo de Soraya Sáenz de Santamaría, profundizando en la revolución digital y en anteponer la experiencia de Gobierno.
Aunque ambos dicen que acabarán integrando sus equipos unos a otros, y quien sabe si también sus programas. Lo cierto es cada uno de los dos candidatos han querido poner el acento en distintos asuntos a la hora de abordar su programa económico.
En el caso de Pablo Casado, la revolución fiscal es la primera acción prioritaria de su programa económico. El eje se centra en una bajada de impuestos ensanchando las bases imponibles, supresión del impuesto de sucesiones, donaciones y patrimonio –lo contrario de lo que pretende el Gobierno de Pedro Sánchez–, establecimiento de un tramo máximo del IRPF por debajo del 40 por ciento y, que el impuesto de sociedades baje del 25 al 10 por ciento.
Además de desgravaciones en sociedades, Casado también postula un recorte del gasto administrativo y de las trabas burocráticas.
Las medidas de Santamaría, recogiendo también desgravaciones, pasan por hacer más competitiva las empresas por el lado de la eficiencia incentivando al máximo la inversión en tecnología, concretamente dando más recursos a la inversión digital dentro de un programa político global estratégico.
Así mismo, apuestan por mayor capital riesgo a través de garantías y avales y, incluyen como medida la flexibilización de las empresas que quieren invertir en el exterior. De otro modo, anteponen la experiencia del Gobierno y la estabilidad a determinadas medidas ideológicas.