
El Ministerio de Hacienda está dispuesto a lanzar los Presupuestos Generales del Estado de 2019 pese a que el Senado -o incluso el Congreso- puedan vetar la semana que viene el techo de gasto, paso previo necesario para lanzar las Cuentas del próximo ejercicio. "Lo que van a votar las Cámaras son los objetivos de estabilidad, el déficit y la deuda. También el techo de gasto, sí, pero no es eso sobre lo que se van a pronunciar diputados y senadores. Si hay veto, lo único es que tendremos que lidiar con la senda de déficit antigua", explican a este periódico fuentes del entorno de la ministra del ramo, María Jesús Montero.
Se trataría de un intento inédito, ya que ni un solo Gobierno ha sacado adelante su proyecto presupuestario sin respaldo explícito al techo de gasto y los objetivos de estabilidad. De ahí que la oposición, fundamentalmente PP y Ciudadanos, adviertan en privado de que la Mesa de la Cámara Alta no permitirá a Montero presentar sus Cuentas si no ha logrado la mayoría en el citado límite de gasto no financiero. En esa Mesa, la mayoría absoluta corresponde a la suma de populares y naranjas. "Así que es posible que el Gobierno acuda al Tribunal Constitucional para enfrentarse con el más que previsible portazo" del órgano parlamentario que califica las iniciativas, aseguran a elEconomista desde el partido Ciudadanos.
Hacienda, por ahora, no enseña sus cartas. Cuestionada sobre la posibilidad de acudir a la Justicia para dirimir un conflicto entre la Mesa y el Ejecutivo, se reserva sus opciones. Todo ello sabiendo que el artículo 15 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria deja claro que "si el Congreso de los Diputados o el Senado rechazan los objetivos (de estabilidad), el Gobierno, en el plazo máximo de un mes, remitirá un nuevo acuerdo que se someterá al mismo procedimiento". "Lo sabemos. Pero la otra opción es que presentemos un nuevo Presupuesto con la senda anterior de déficit", apuntan desde allí.
Si esa fuera la intención, algunos de los planes de gasto desgranados por el presidente, Pedro Sánchez, podrían descarrilar. El déficit de 2019 se situaría de nuevo en el 1,3%, y el autonómico en el 0,1% frente al 0,3% que hoy mismo va a ofrecer a las regiones en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
Todo apunta, por tanto, a una próxima semana caliente en el pleno del Congreso, cuando deben votarse los objetivos de estabilidad -siempre y cuando el Consejo de Ministros los apruebe este mismo viernes, tal y como ha trascendido-. También una vuelta de vacaciones revuelta, con un Ejecutivo dispuesto a llegar hasta el final con su proyecto de Presupuestos y una mayoría del arco parlamentario tendente a hacerle la ecuación imposible.
Los tres grandes partidos de la oposición, PP, Ciudadanos y Podemos, reconocen que Hacienda "no ha negociado nada" con el resto de formaciones sobre el techo de gasto, "y así es imposible tratar de alcanzar un acuerdo que evite enfrentamientos futuros".
Dos de estas tres formaciones apuestan por un límite de gasto no financiero de unos 5.000 o 6.000 millones de euros más, hasta el entorno de los 125.000 millones de euros. Una cantidad que a los populares y a los de Rivera les parece "excesiva", y que por contra no va a satisfacer a Podemos, que lleva semanas pidiendo subir el techo de gasto en 15.000 millones. "De tal manera que se está hablando mucho de un posible veto del PP en el Senado, pero lo que pueda pasar es que el Gobierno no tenga ni siquiera una mayoría en el Congreso", aseveran desde la formación naranja.
De cualquier forma, el Ejecutivo también espera al resultado que pueda producirse en el seno del Congreso Extraordinario del PP, ya que la posición de los populares puede ser distinta en función de si la victoria es para Soraya Sáenz de Santamaría -más proclive a negociar, según ojos socialistas- o a Pablo Casado, que ayer se llevó el respaldo de Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia.
Un hipotético parón a las Cuentas socialistas no permitiría subir impuestos e ingresar más fondos para "revertir recortes" y "combatir la desigualdad"
El Ejecutivo necesita como agua de mayo unas nuevas Cuentas Públicas para desarrollar su programa, ya que a través de ellas pretende impulsar modificaciones fiscales como la de Sociedades, por la que pretende reservarse un margen adicional de gasto de 2.000 millones de euros anuales.
Un hipotético parón a la presentación de los mismos dificultará a su vez un mayor gasto en sanidad, educación o servicios sociales, punta de lanza del presidente Pedro Sánchez para "revertir recortes" y "combatir la desigualdad" que, a su juicio, ha dejado la política del anterior Gobierno. El Ejecutivo tendría que tirar de la fórmula del decreto ley, y con su mayoría mínima de 84 diputados, tendrá muy complicado articular mayorías que le permitan legislar como le gustaría.
Curiosamente, el veto de la oposición al techo de gasto y la imposibilidad de que haya nuevos Presupuestos, sentaría especialmente bien en Bruselas, ya que Sánchez tendría que lidiar con los objetivos de déficit y deuda que en su día negoció el Partido Popular. En concreto, el desvío del próximo año tendría que situarse en el 1,3% y en el 0,5% en 2020. En 2021, de hecho, España obtendría su primer superávit presupuestario desde 2007, antes del estallido de la crisis económica. La deuda, además, se iría reduciendo paulatinamente unos dos puntos al año y el techo de gasto quedaría fijado por debajo de 120.000 millones, como sucede desde hace dos años.